NUTRICOSMÉTICA, ¿en qué consiste?


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NUTRICOSMÉTICA, ¿en qué consiste?

 

¿Qué es un nutricosmético?

Esta palabra de nuevo cuño hace referencia a una serie de productos que tomados vía oral tienen algún efecto beneficioso para la piel o sus anexos (cabello y uñas). Estos productos tienen que tener unas características especiales que están definidas. Un nutricosmético, según el reglamento europeo, es un producto alimenticio “cuyo fin es complementar la dieta”, y que consiste en “fuentes concentradas de nutrientes”, comercializados en cápsulas, polvos u otras formas predosificadas y “que deben tomarse en pequeñas cantidades”. Por ello entre los componentes autorizados para este tipo de productos encontramos principalmente las vitaminas A, D, E, K, grupo B, PP y C, minerales, ácidos grasos, antioxidantes, polifenoles y extractos de plantas principalmente.

 

Su uso

Entre los nutricosméticos más comercializados y utilizados encontramos productos para redensificar la piel y evitar la flaccidez, nutrirla y evitar que las arrugas se pronuncien, protegerla del sol o bien potenciar el bronceado. Otros productos están destinados a evitar la caída del cabello y fortalecerlo al tiempo que fortalecen las uñas. Y no menos importantes son los destinados a combatir la celulitis.

 

Cuando la alimentación no es suficiente  

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La pregunta es, pero ¿si lo que incorporan son nutrientes, no basta con una buena alimentación? Realmente una alimentación equilibrada debería aportar suficientes nutrientes, lo que ocurre es que en ocasiones las necesidades de uno u otro nutriente puede verse aumentada por distintos factores, entre ellos la edad y el estrés, por lo que la dieta no será suficiente para aportar esos determinados nutrientes y será necesario suplementarla.
Con la edad, por ejemplo, el organismo baja la producción de elastina y colágeno, sustancias imprescindibles para mantener la estructura de la piel, por lo que se producen arrugas y flaccidez. El colágeno hidrolizado y el ácido hialurónico del pescado forman parte de la formulación de algunos nutricosméticos para ayudar a la piel a evitar la formación y profundidad de las arrugas y evitar la flaccidez. Las vitaminas A, C y E, y los polifenoles extraídos de los hollejos y pepitas de las uvas o de los frutos rojos actúan como antioxidantes celulares, reduciendo el envejecimiento de los tejidos. En etapas especiales de la vida, como en la menopausia, también los cambios hormonales influyen sobre la piel y el cabello, ya que al cesar la producción de estrógenos la piel se seca y desestructura más fácilmente y se pierde densidad capilar, algunos nutricosméticos diseñados para esa etapa de la vida incorporan isoflavonas de soja, que actúan como fitoestrógenos.
En ciertas épocas del año, o debido a otros factores como el estrés, el recambio del cabello se acelera y cae más, en ese momento es importante aportar más nutrientes que ayuden a los cabellos a salir con fuerza y densidad y ahí entran en juego ciertas vitaminas, aminoácidos, minerales y oligoelementos que contribuyen frenar la caída del cabello, fortalecerlo y evitar la fragilidad capilar y de las uñas.
Uno de los factores que interviene en la formación de celulitis es la mala circulación de retorno en las extremidades inferiores. Otro, que se acumula grasa localizada en los adipocitos de las zonas afectadas (muslos, glúteos y abdomen principalmente) y, por tanto, se desestructura el tejido conjuntivo acumulándose líquido. Es decir se produce un edema. Por ello, los nutricosméticos para la celulitis suelen incorporar activos venotónicos y aniedematosos (como el castaño de indias), reestructurantes del tejido conjuntivo como la cola de caballo o el silicio orgánico y lipolíticos como el té verde o la L-carnitina.

 

¿Son seguros los nutricosméticos?

La Unión Europea exige a los fabricantes de nutricosméticos que éstos sean seguros, es decir, que sean estables y que los ingredientes formen parte de la composición del producto en las cantidades recomendadas; que sean biodisponibles en el organismo (es decir que una vez ingeridos los nutrientes lleguen hasta la piel, folículos pilosos, etc.) y además se les exige que realicen test de pureza de los productos. Sin embargo, deben utilizarse de forma racional, ya que por ejemplo un exceso de antioxidantes puede tener la acción contraria a la esperada, es decir, una acción oxidante que perjudica a los tejidos. Por otra parte, las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) se acumulan y su exceso también es perjudicial. Por lo tanto, son buenos pero no conviene abusar.
Un aspecto muy importante de los nutricosméticos, y que no debe olvidarse, es que en ningún caso pueden sustituir a una alimentación sana y equilibrada, y se han de utilizar sólo como un complemento que ayudará a potenciar los efectos de los cosméticos tradicionales y a mejorar el aspecto.

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